Si usted aún no se ha decidido en cuanto al voto, este pastor aclara por qué el futuro de Estados Unidos está en juego

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Donald Trump/Hillary Clinton

Editor’s Note: This article from Jim Garlow, the senior pastor of Skyline Church in San Diego, first appeared on charismanews.com three weeks ago and has been shared by nearly 1 million people. Charisma Media has translated the article for our Spanish-speaking readers. We hope you share the story and help people understand what is at stake in November’s election.

Últimamente me han hecho muchas veces “la pregunta” sobre el asunto de si votar por Trump o por Hillary. Antes de entrar en materia, debo decir que he seguido todas las convenciones nacionales, tanto republicanas como demócratas, desde que tenía nueve años; y he asistido a muchas de ellas desde 1984 hasta el presente. Veo noticias todos los días prácticamente desde que tenía ocho años y, para ser sincero, jamás había visto nada semejante a lo que está sucediendo ahora.

A pesar de la naturaleza sin precedentes de estas elecciones, trataré de responder a “la pregunta.” No es mi intención que usted siga o comparta lo que yo pienso. Pero es algo que varias personas me han pedido. He aquí mi mejor intento de responder cómo veo las cosas en este momento:

1. Las plataformas de los partidos Demócrata y Republicano son tan disímiles como lo son la noche y el día. La plataforma de 51 páginas del partido Demócrata es hoy en día más izquierdista que nunca (yo no le doy mucha importancia a los términos “derecha vs. izquierda”, pero sí me preocupan más los términos “correcto vs. incorrecto”). La plataforma demócrata tiene muchos puntos de vista antibíblicos. Es una plataforma completamente socialista (un socialista es un comunista, pero desarmado). La plataforma de 54 páginas del partido Republicano es una de las plataformas más sólidas en la historia del partido. Una persona con conciencia bíblica podría sentirse tranquila con casi todo su contenido. Para mí, estas plataformas partidistas son de suma importancia. Hay quienes no le prestan atención, pero yo sí lo hago. Hay quienes no se preocupan por los antecedentes de los que se postulan para un cargo tan fundamental. Se trata de un tema de importancia crucial. Aquí donde estoy tengo frente a mí una copia de ambas plataformas. Hay quienes jamás se han tomado la molestia en leerlas. Yo creo que deberían hacerlo. Si usted no de esas personas que votan por el candidato que va ganando en las encuestas, al menos tenga en consideración votar por el candidato que represente la mejor plataforma partidista.


2. Analogía 1: Los dos candidatos tienen defectos. Esto es algo que todos sabemos. Pero permítame hacer una ilustración: Como pastor, yo preferiría tratar con un asistente en la iglesia que fuera descarado y abierto en su pecado, que con uno que sea malintencionado, mentiroso, astuto y engañoso. Ambos obviamente serían un problema, pero sería más fácil tratar con el primero que con el segundo. Si como pastor tuviera que corregir a un feligrés, yo preferiría que se tratara de alguien como Trump que de alguien como Hillary. Las posibilidades de tener resultados con el que es de “tipo Trump” son mucho mayores que con el que es de “tipo Hillary”. 

3. Analogía 2: Cuando el prestigioso y muy apreciado oncólogo de mi (ya fallecida) esposa me dijo: “No pruebes con Carol ese tratamiento alternativo (no aprobado por la FDA)”, le pregunté: “¿Por qué no?”. Él me respondió: “Porque es desconocido”. Yo le dije: “Doctor, su tratamiento “conocido” es mucho peor que el tratamiento alternativo “desconocido”. La llevé a que recibiera el tratamiento alternativo. Un año más tarde, el mismo oncólogo fue a visitar al médico que ofrecía el tratamiento alternativo para ver cómo era que Carol había mejorado tanto. Si bien el tratamiento alternativo no logró en última instancia salvar su vida, estoy seguro de que extendió los dos o tres años que le quedaban, a seis años, como lo admitió otro de sus oncólogos, que más tarde dijo: “Sin tener ninguna formación médica o prueba científica, usted ha elaborado un protocolo de tratamiento que colocó a Carol dentro de ese pequeño uno por ciento de sobrevivientes a este tipo de cáncer particular”. Aplicación de la analogía: La “conocida” Hillary es bastante peor, pero mucho peor, que el “desconocido” Trump.

4. Trump ha pecado mucho en el pasado (en realidad, todos lo hemos hecho), y dice cosas que no debería decir. No voy a tratar de defender ninguna de las cosas que ha dicho. Tampoco hay necesidad de poner a prueba las cosas malas que ha dicho. Todos sabemos cuáles son. Creo que no debió haberlas pensado o dicho. Así que no hay necesidad de repetirlas aquí, y por lo tanto no lo haré. Pasemos a la otra candidata. Aunque Estados Unidos ha tenido otros candidatos rodeados de escándalos en su historia, nunca habíamos visto a un candidato de un partido importante rodeado de tantos escándalos como Hillary (además de su marido). Pareciera que no tuviera límites en cuanto al mal proceder. Las polémicas no paran. Pero así como no me tomé el tiempo de enumerar todos los desaciertos de Trump, tampoco me pondré a repetir la serie de escándalos terribles y continuos de los Clinton.

5. Lentamente, Trump está siendo rodeado cada vez más de gente buena. De vez en cuando, recibo llamadas alentadoras en este sentido. ¿Podrán estas buenas personas ejercer una influencia sobre él? Eso está por verse. Por otra parte, no veo nada que me anime con respecto a las personas que rodean a Hillary.


6. Trump tiene razón en el 75 por ciento de lo que dice en cuanto a la problemática del país. Me gustaría que fuera en el 100 por ciento, pero no lo es. Tengo la esperanza de que aquellos que comienzan a rodearlo lo puedan ayudar a entender mejor algunos asuntos. Hillary está mal en el 100 por ciento de los asuntos.

7. Este es tal vez uno de los puntos más importantes, pero sospecho que pocos entienden su significado. Trump se opone a la globalización. Hillary se nutre de ella. La globalización va mucho más allá de ser meramente “geográfica” o  de “eliminar las fronteras nacionales”. Se trata de un asunto espiritual y demoníaco en su raíz. Lamentablemente, muy pocos lo entienden. Esta es tal vez una de las principales razones por las que Trump es tan odiado. Yo se lo dejo al lector como tarea. Piense en los “principados y potestades”. Es un asunto grave. Extremadamente grave.

8. Contrariamente a lo que afirman los “puristas”, no votar no es una opción válida. No es mi intención iniciar una polémica, pero sé que algunos se oponen radicalmente a esto. ¿Qué opino yo? Que ellos también tienen el derecho a estar equivocados.

9. Votar por un tercer candidato, independientemente de lo que se diga, es desperdiciar el voto. Ningún otro candidato tiene posibilidades reales de ser elegido; ni siquiera de dar la pelea. Y eso es algo que a mí sí me importa. Por cierto, la dupla libertaria de Johnson y Weld es casi tan mala en muchos temas como lo es Hillary. Cuando los escucho, me sorprendo de que gente de ese talante haya podido llegar a esos cargos de elección popular.


10. Trump ha pasado a ser defensor de la vida. Hillary apoya el asesinato de bebés, se siente orgullosa de serlo, y apoya a la organización “Planned Parenthood” que, entre otras cosas, trafica órganos humanos de bebés que ellos mismos han asesinado. Esto es lo más bajo que he visto desde la Alemania nazi. ¡Qué agallas las de Hillary! Los Clinton han eludido la justicia durante décadas, y probablemente lo seguirán haciendo. Pero algún día estarán en pie delante del gran trono de Dios. Tendrán que dar cuenta de todos los bebés que fueron hechos pedazos en el útero materno. Por cierto, todos aquellos que voten por los que apoyan el genocidio de bebés aún no nacidos también tendrá que dar cuenta de ello.

11. Trump quiere hacer algo contra el terrorismo (lo cual es el propósito del gobierno). Hillary tiene un horrible historial como Secretaria de Estado y, debido a los cientos de millones de dólares dados a la fundación de la cual es dueña conjuntamente con su marido, ella está en deuda con aquellos que nos quieren muertos.

12. Hillary afirma que “todo está bien” en Estados Unidos. Esto desafía a la realidad, pero la realidad es algo que nunca le ha interesado realmente a Hillary. Trump entiende que son las 23:59 en el “reloj cultural”. Estados Unidos está cerca de su final moral, económico, militar y, por desgracia, espiritual. Hay indicadores claros e indiscutibles de que Estados Unidos ya no es la primera potencia mundial. Es algo que está quedando en el pasado. Hillary acelerará la destrucción final. Trump, por el contrario, podría frenar esta realidad, e incluso, con la ayuda de Dios, revertirla. Tal vez.

13. Trump solventará el problema del enorme gasto gubernamental. Hillary lo expandirá por encima de la insostenible deuda existente en Estados Unidos (más de $20 billones – trillions en ingles—de dólares, más los pasivos no financiados por la Seguridad Social, etc.).


14. Trump expondrá, y ruego a Dios que desmonte, “el mal sistémico” (la corrupción y el tráfico de influencias en el sistema capitalista) que impera entre muchos grupos poderosos e influyentes. Hillary prospera a expensas de estos grupos.

15. Trump detendrá la abusiva extralimitación del gobierno. Hillary la ampliará.

16. La libertad tiene tres facetas. La libertad política, la libertad económica y la libertad religiosa conviven juntas. Quitemos una de ellas, y las otras dos con el tiempo desaparecerán. Una no puede existir sin las otras dos. Hasta hace poco, Estados Unidos disfrutaba de las tres. Trump entiende plenamente que se ha venido perdiendo la libertad religiosa. Lo he oído hablar de ello en persona en varias ocasiones. Él sabe que las libertades económicas y políticas se están evaporando. Él va a revertir esto. Hillary, por su parte, las diezmará aún más.

17. Toda persona con tres dedos de frente entiende que las decisiones de la Corte Suprema son de suma importancia. Trump ha mencionado a once candidatos excelentes para estos cargos. Los nombramientos de Hillary apagarían el pequeño vestigio de las tres libertades (mencionadas en la declaración anterior) que pudieran quedar.


18. Mi objetivo no es justificar las malas acciones o las palabras hirientes o incorrectas de uno u otro candidato. Francamente, a quien yo amo es a mi Rey Jesús. Él es el que gobierna en mi corazón, y me imagino que también en el suyo; y mi deseo es que Él venga a gobernarnos, pero ese día aún no se ha manifestado plenamente. Por el momento, meditemos en oración sobre esta difícil elección presidencial, manteniendo en mente por encima de todo el hecho de que hemos de honrar a nuestro Señor y Salvador Jesucristo en todos los ámbitos de nuestra vida, incluyendo nuestra responsabilidad en la cabina de votación. Esa es mi esperanza, y creo que es también la suya.

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Dr. Jim Garlow es pastor de la Skyline Church en San Diego. También es fundador de The Jefferson Gathering, un servicio de adoración semanal para los miembros del Congreso, en el Capitolio de los Estados Unidos en Washington, D. C.

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